Escudo de la República de Colombia

“Hay muchas extremas derechas”

11 de julio

Entre el 23 y el 26 de mayo, se llevaron a cabo las elecciones al Parlamento Europeo. Conversamos con Jean Marie Chenou, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes sobre el comportamiento de los electores, sobre el desempeño de la derecha y de otras fuerzas políticas y sobre algunos de los factores que determinaron la nueva composición de este órgano legislativo de la Unión Europea.

Por: Mariana Delgado Barón

¿Qué reflejan las elecciones al Parlamento Europeo, del mes de mayo, de la realidad política europea?

Hay que notar primero que no son elecciones que tienen mucha participación, con excepción de las pasadas. Muchas veces no son coherentes los resultados de las elecciones europeas con los resultados de las elecciones nacionales, muchas veces expresan más un voto de protesta, entonces son elecciones favorables para la extrema derecha o en las que tienden a votar los europeístas o quienes le tienen mucha fe al proyecto de la Unión Europea. Los resultados tienden a favorecer, por un lado a los partidos más europeístas, de liberales de centro, los verdes y los extremos que realmente rechazan la idea de una Unión Europea. Eso explica de alguna manera por qué se esperaba una ola de extrema derecha en estas elecciones, que en realidad no pasó, pero eso no quiere decir que no hubiera una votación alta, e incluso ganó en Italia y en Francia, que son dos de los países más grandes de la UE. Las elecciones europeas tienen esa particularidad, las conclusiones que se pueden sacar de estas elecciones también son limitadas, no se puede decir que la extrema derecha va a ganar la presidencia en Francia porque no es la primera vez que gana esa fuerza política en las elecciones al Parlamento Europeo. Sin embargo, a la hora de analizar los resultados, sí hay tendencias fuertes, hay una tendencia fuerte de una derrota del Partido Popular Europeo, de la derecha conservadora o derecha cristiana demócrata en Europa, una votación alta para al extrema derecha que es una fuerza legitimada en el panorama político europeo y una progresión fuerte de los partidos ecologistas o verdes.

Si bien estas elecciones son atípicas porque no mucha gente realiza ese ejercicio del voto cada cinco años, este año aumentó la participación ¿A qué se debe ese aumento?

Estamos en la coyuntura en donde la integración europea es una cuestión central de la política en Europa y no siempre fue el caso, muchas veces lo importante eran las elecciones nacionales. Si pasaba algo por encima de los Estados nacionales, por ejemplo relacionado con la integración europea, no se veía como un asunto de debate político. Más o menos había un consenso, tanto de la centro izquierda como de la centro derecha, de que eso era necesario para sobrevivir en la globalización. La combinación de la crisis de 2008, que tuvo consecuencias fuertes en Europa, particularmente en Grecia y en los países del sur de Europa, y el Brexit, son dos elementos que ponen al proyecto europeo en el centro de la agenda política de los diferentes países europeos. En Francia, había un debate de alrededor de “debemos quedarnos, cambiar el ideal o la forma de integración, o debemos salirnos del proyecto”, había opciones muy abiertas y opiniones muy distintas en la campaña, esa posibilidad que tuvieron los ciudadanos europeos sobre esa decisión le da más importancia a estas elecciones.

¿Qué pasó con los euroescépticos? partidos como Reagrupación Nacional, Alternativa por Alemania, la Liga Italiana, también tuvieron una aumento en el número de escaños en estas elecciones al Parlamento Europeo, ¿Qué explica ese aumento? ¿Es un reflejo de qué?

Es un reflejo de una tendencia global de retorno al Estado nación como protección frente a tendencias globales o tendencia de la globalización. Son una tendencia nacionalista frente a la crisis migratoria, en el caso europeo de 2015. Es un reflejo de procesos globales, particularmente en donde más se ve es en los países más ricos, en los que más se han beneficiado de la globalización, pero en los que las clases medias no se beneficiaron de la misma. Si uno mira el aumento de los ingresos de las diferentes clases sociales en el mundo, uno ve que en diferentes países esas clases medias son las menos beneficiadas, sobretodo en Europa y en Estados Unidos. Los jóvenes europeos de las clases medias tienen la certeza de que van a vivir peor que sus padres o abuelos y eso tiene un reflejo en las tendencias nacionalistas, proteccionistas, que se ve con Trump en EE.UU., con el Brexit en el Reino Unido y con partidos de extrema derecha y con eurescepticos en diferentes países de Europa.

La pregunta sobre la derecha y sobre el auge de los nacionalismos, también es una pregunta por la izquierda, ¿Cómo está la izquierda en este momento? ¿Cómo se sitúan la izquierda y el centro?

Para Macron, que representa una especie de tecnocracia de centro europeísta y globalista, la gente debe adaptarse a la integración económica, además defiende que es normal que haya cambios en la estructura de la economía y que la gente se vea en peores condiciones que las generaciones anteriores. Para el presidente de Francia también es normal que se pierdan empleos, porque a nivel global es benéfico para la mayoría de la población, y por lo tanto hay que aceptar que en Europa se presenten consecuencias negativas para parte de la población. Ese es un centro que acepta la globalización y que se ubica en una visión neoliberal, en la que se señala que hay que adaptarse a la globalización, reducir en Estado de bienestar para poder competir con la China y con India. Es un discurso que no seduce mucho, Macron es el más impopular de los presidentes en la historia de Francia, pero es un discurso que está anclado en las mismas instituciones de la Unión Europea, es la manera de pensar de la Comisión Europea. El discurso del centro es muy criticado por varios movimientos de protesta como los chalecos amarillos en Francia, los Podemos, los Cinco Estrellas en Italia. Pero ese centro es el que está en el poder en algunos de los Estados más poderosos de la Unión Europea. Los que pierden con estas elecciones son la derecha moderada de la que ya hablamos y la izquierda, que no sabe qué dirección escoger entre un populismo que puede ser nacionalista, como la línea de Podemos. Hay una tendencia que vuelve de la socialdemocracia, de unión de las izquierdas, que ganó las elecciones en Dinamarca, en Portugal, en España, en Holanda, con proyectos de izquierda que buscan un consenso entre “tenemos que ayudar a los más pobres, pero también tenemos que adaptarnos a las condiciones del mundo actual”, esa centro izquierda, esa social democracia sí retomó fuerza con estas elecciones.

La Alianza del Partido Verde que toma fuerza ¿Cuáles son las razones que explican ese fenómeno? ¿Es porque la gente tiene una mayor consciencia medioambiental?

Creo que sí, es lo que he leído en diferentes medios de diferentes países europeos, hay una conciencia de que una de las cuestiones esenciales de la política, nacional e internacional, es el cambio climático y eso tiene que ver con el papel de Greta Thunberg, con las huelgas de los colegios para el clima. He visto por ejemplo las noticias que señalan que en Noruega hay una palabra referente a la vergüenza de tomar un avión porque es demasiado contaminante y esto ha hecho que haya una disminición del 8% de los vuelos que salen de este país. Si creo que hay una consciencia profunda que ya existía en el norte de Europa, en los países escandinavos, en Alemania, Holanda, Bélgica, pero que está llegando a Francia y a países que tradicionalmente no tenían una consciencia muy fuerte en temas medioambientales.

En relación con las minorías étnicas ¿Cómo quedaron representadas en estas elecciones?

En los medios de comunicación no se presentó cómo quedaron las minorías étnicas, creo que sí está llegando ese mismo movimientos de Estados Unidos a Europa, en donde hay más mujeres, en donde hay más diversidad étnica. Hace poco vi un video de la primera candidata afrodescendiente a la alcaldía de Florencia, en Italia, en donde no es algo común. Está el caso del alcalde de Londres. Hay unas figuras de las minorías étnicas, puede ser que estén mejorando su representación política, pero no sé si eso se vio reflejado en las elecciones al Parlamento Europeo. Muchas veces a nivel del prestigio se llega primero al parlamento nacional, a la asamblea nacional y es menos importante el Parlamento Europeo. Como las clases políticas tradicionales ya tienen su cupo o escaño en el parlamento nacional, es posible que por ejemplo lleguen mujeres más jóvenes a esas elecciones al Parlamento Europeo, sin embargo esta no era una de las conclusiones que sacaron los expertos o los medios de comunicación.

Sobre el papel de las potencias como Rusia y Estados Unidos ¿Qué se puede decir en referencia con estas elecciones?

Como en el caso de la extrema derecha, fue menos de lo esperado. Hay muchas extremas derechas, existe la extrema derecha súper conservadora y religiosa, hay una extrema derecha más liberal en términos económicos y hay extremas derechas que se odian entre sí. Steve Bannon tuvo contactos con Salvini en Italia y con Le Pen en Francia, para unificar la derecha europea, pero fracasó en su proyecto porque llegó con un discurso muy estadounidense que en Europa no existe. Las condiciones y cómo funciona la política es muy diferente en Europa y en EE.UU. No funcionó esa influencia de la derecha de los conservadores estadounidenses en Europa. Por el lado de Rusia, siempre hay ese temor de los hackers rusos, hay estudios que demuestran que sí tuvieron un efecto en el voto del Brexit, pero en las elecciones al Parlamento Europeo no fue así. No quiero decir que Rusia no se interesa por retomar poder e influencia en la Unión Europea, pero no creo que hayan visto esas elecciones como un elemento clave para su política exterior, primero porque su discurso es nacionalista frente a la globalización, y esto tiene más resonancia en las elecciones nacionales.

Ese descontento de las clases medias que no se han visto beneficiadas con el proceso de globalización, son quizás los electores o votantes de la derecha ¿Qué particularidades tiene la derecha en Francia?

Las extremas derechas en Europa tienen historias diferentes y Francia tiene una particularidad y es que llegó a tener 30 diputados, de 470 que tiene la Asamblea Nacional, en los años ochenta. Es un fenómeno mucho más antiguo que en otros países, por razones históricas y porque en los años ochenta llegó la izquierda al poder, se presentaron huelgas en la industria automotriz que estaba sufriendo por cuestiones de la globalización. Los franceses se enteraron que muchos de estos trabajadores, de los obreros de esta industria, eran inmigrantes y hubo un cambio en el debate, que era un debate de lucha de clases, inscrito en la rivalidad izquierda-derecha, post Segunda Guerra Mundial. Con estas huelgas y con estas modificaciones demográficas en Francia, surge un discurso para que la extrema derecha tomara fuerza, el problema ya no era de clases sociales, sino racial, era un discurso xenófobo. Hubo una progresión de la extrema derecha. La extrema derecha ganó las elecciones europeas, pero ya las habían ganado hace 5 años y ya habían tenido candidato en la segunda vuelta presidencial en 2001 y en las de 2017.

¿Hay alguna correlación geográfica con el predominio de la derecha  en Francia?

Hay dos polos de la extrema derecha en Francia. En el norte de Francia, que es una región que antes era industrial, con minas de carbón, con una industria pesada del acero, ya no existe esa industria porque se fueron a otros países con mano de obra más barata, ya no existen esas minas de carbón activas, y esa zona se afectó por los cambios de los años 70 y 80. Es una región particularmente pobre, donde la extrema derecha es muy fuerte. La otra zona es el sur de Francia, una región a la que llegan muchos inmigrantes por su cercanía al Mar Mediterráneo, hay muchos descendientes de migrantes de África del Norte, con un racismo fuerte y con condiciones económicas no muy buenas. Cuando uno ve el mapa por partido que ganó están esos dos polos en relación con la extrema derecha. Hay dos polos verdes que son Paris y Lyon, las dos ciudades más ricas del país, y de resto hay una variación. Hay una variación territorial que responde de manera cercana a los ganadores y perdedores de la globalización o de la integración europea o a todos los cambios económicos de los últimos treinta años.

La crisis migratoria sí ha incidido en estas tendencias políticas hacia la derecha ¿Qué tanto incidió? ¿Fue un factor determinante?

En Francia, el auge de la derecha comenzó hace muchas décadas atrás, pero en países más pequeños o en donde se afectaron más por los flujos de migrantes, que en todo caso son moderados y no se comparan con los flujos de venezolanos hacia Colombia, la idea que se tuvo de eso comenzó a ser la razón por la cual ciertos países cerraron su fronteras dentro de la Unión Europea. La migración sí fue un tema importante y ahí se vio el límite de la solidaridad entre países europeos; los países que no recibieron migrantes directamente, casi todos, menos Grecia e Italia, decidieron aplicar la regla de que a donde llegaran los migrantes se tienen que encargar de ellos. Y ese fue un argumento antieuropeo, la crisis de los migrantes sí tuvo una incidencia, en Alemania sí fue el tema de la Alternativa para Alemania. En Hungría es también parte del discurso del gobierno proteger a sus poblaciones nacionales de los migrantes que llegan de Grecia.