Escudo de la República de Colombia

La crisis económica venezolana

10 de abril

La profunda crisis social, política y económica de Venezuela tiene en vilo a los países vecinos y al resto del mundo. Germán Umaña Mendoza, presidente de la Cámara Colombo-Venezolana, nos habló acerca de las implicaciones que el declive de la economía venezolana ha tenido en su población.

 

1.     Venezuela está sumida en una crisis económica que se hace evidente en varios aspectos: hiperinflación, escasez de alimentos, de medicina, agotamiento de la industria, incapacidad para generar inversión extranjera. ¿A qué se debe esa crisis y cuándo comenzó?

 

Durante la presidencia de Hugo Chávez y aún con Maduro, las políticas sociales y económicas de Venezuela han dependido de los precios del petróleo. Cíclicamente, cuando los precios del petróleo estaban altos, Venezuela tenía cómo hacer una política social y políticas económicas más o menos coherentes. El problema se presenta cuando se hacen políticas sociales sin preparar las condiciones para poder sustituir los ingresos petroleros por nuevos ingresos con un programa de desarrollo industrial, productivo y económico.  Cuando se caen los precios del petróleo, el país se enfrenta a dos situaciones conflictivas: no se preparó para producir lo suficiente para reemplazar los ingresos petroleros, y por otro lado, cuando se hace una política social con los mismos ingresos del petróleo y éstos se acaban, hay problemas en su implementación.

El presidente Chávez al principio enfrentó bajos precios del petróleo, pero en alguna medida tenía cierta adaptabilidad a las circunstancias cambiantes del entorno internacional y negoció una forma de sacar a Venezuela adelante. Luego, los precios del petróleo alcanzaron más de cien dólares por barril y durante todo ese tiempo se profundizó una política en donde él pretendía varias cosas: por un lado hacer políticas sociales profundas a través de las “misiones”, por otra parte, crear un nuevo empresariado socialista que reemplazara la estructura productiva del antiguo capitalismo venezolano y adicionalmente, crear una geopolítica en donde, a través del petróleo y su regalo, buscaba tener el apoyo dentro de la estructura latinoamericana y del Caribe. En esta geopolítica que se perseguía se creó el ALBA, la contraposición al ALCA, que era una política de cooperación que buscaba la consolidación de esquemas de desarrollo social y productivo alternos. Este esquema funcionó mientras los precios del petróleo estuvieron altos, pero a partir de 2013, con la muerte de Chávez, y con la llegada de Maduro a la presidencia, la situación era compleja porque se habían hecho muchos programas sociales pero no se había creado una estructura productiva nueva. Al contrario, se habían hecho procesos de expropiación, se había debilitado la estructura productiva privada y empezaba a debilitarse la estructura productiva relacionada con bienes públicos o con expropiaciones a empresas públicas.

Como no había recursos para importar y para reponer los equipos productivos nos encontramos con una grave situación en donde Venezuela ni produce bien petróleo, ni exporta petróleo, ni tiene ingresos suficientes. En los últimos cinco años el PIB de Venezuela ha caído más del 50 %; la producción de bienes y servicios, más las importaciones, cayeron cerca de un 52%; las reservas internacionales disminuyeron y pasaron de 30.000 millones de dólares a 6.800 millones; se ha incrementado el endeudamiento externo, sobre todo con China y con Rusia, y la deuda comercial está en el orden de los 18.000 millones de dólares.

En los últimos años aumentan las sanciones latinoamericanas y solamente en dos meses, la producción petrolera ha caído. Al principio del gobierno de Chávez, la producción estaba en 3.500.000 barriles y en este momento está en 672.000 barriles. Venezuela está en una compleja situación en donde no hay ingresos y en donde no hay recuperación sin apoyo externo o endeudamiento externo. Ni el FMI ni el BM están dispuestos a desembolsar un solo dólar a Venezuela hasta que no haya un cambio político. La disyuntiva en este momento es que el pueblo venezolano está cada vez más sumido en la miseria, en la pobreza, no tiene servicios públicos y si no cambian su política económica y su estructura política no podrán salir adelante en el corto plazo y se profundizaran temas como la migración.

 

2.     ¿Podríamos decir que ese modelo venezolano fracasó?

 

Sí, y hay un punto y hay que decirlo, no sólo fracasó por el modelo, sino porque allí se entronizaron profundos vicios de corrupción a todo nivel. La alianza cívico-militar es un ejemplo: los militares fueron cooptados y comprados para apoyar al gobierno. Además en Venezuela los esquemas de corrupción son altos.

 

3.     ¿Qué efectos concretos han tenido las sanciones del gobierno de Donald Trump al sector petrolero?

 

Las sanciones han tenido el efecto económico de ahogar mucho más a la economía venezolana, pero hay que tener claro que la economía venezolana se ahogó sola, sin embargo, las sanciones profundizaron eso. Por otra parte, estas sanciones han inducido de alguna manera a que, geopolíticamente, Rusia participara en Venezuela porque era su punta de lanza para Latinoamérica. Geopolíticamente ha sido Rusia quien le ha vendido al gobierno venezolano las armas, básicamente con lo que está apoyando es con el sostenimiento de la estructura armada. Rusia no quiere perder su posición geopolítica en Venezuela y tampoco quiere perder las inversiones que ha realizado allí. Aun así, Rusia no tiene el poder suficiente, ni político ni financiero, para poder enfrentar la crisis venezolana, ni va a financiar ese desarrollo.

 

4.     ¿Cómo ha cambiado la cotidianidad del ciudadano de a pie a raíz de la profundización de la crisis económica en Venezuela?

 

En Venezuela un 30% de la población recibía la ayuda del Estado que consistía en una caja de alimentos cada cierto tiempo y con eso vivía mal, pero vivía, estaban acostumbrados a recibir eso como subsidio. Para esa misma población los servicios públicos no tenían ningún costo porque estaban cobijados bajo una estructura de subsidio, pero poco a poco, en la medida en que no había recursos, se limitan a la población más pobre. Quienes más sufren en esta etapa son las clases medias, por eso son éstas quienes migran primero, porque no tienen cercanía política con el régimen. Las clases altas, los empresarios y demás, ante la falta de seguridad jurídica, salieron de Venezuela o permanecen en Venezuela, pero ya sin producir. La cotidianidad se reduce a que con la hiperinflación, el poder adquisitivo de todos aquellos que no recibían los subsidios, empieza a deteriorarse hasta el punto de que no tienen con qué comer y con qué comprar medicinas. Pero, el 70% de la población de Venezuela se ha sostenido con la plata de la oposición, en la medida en que hay más migrantes que no quieren al gobierno madurista, giran más remesas y la mayoría de la población vive de eso. Se ve una diferencia grande entre quienes reciben y no remesas. El que recibe un salario no pueden comprar nada, no le alcanza. Los que reciben remesas más o menos pueden subsistir. Las remesas que se reciben pueden estar entre 6.000 y 7.000 millones de dólares anuales.

 

5.     Frente al éxodo masivo de venezolanos ¿Cómo afecta esa migración a la economía venezolana?

 

Hay una caída profunda del poder adquisitivo de la población, una caída en la demanda y eso es inmanejable en el largo plazo. Las migraciones tiene un efecto terrible para quienes los reciben si no hay políticas públicas correctas en estos países, como en el caso de Colombia, en donde las políticas públicas son sólo asistencialistas y humanitarias. Para el gobierno venezolano es conveniente promover las migraciones porque eso permite que lo poco que hay se distribuye en menos personas.

 

6.     ¿Cómo puede Venezuela salir de esta crisis?

 

Venezuela va a salir de la crisis con cosas que a muchos no nos gustan, pero que son necesarias. Va a salir con un programa de ajuste estructural tipo Consenso de Washington, es decir con modificaciones profundas en la política cambiaria, el bolívar soberano atado a un dólar que se maneje por tasa de mercado, con una política fiscal que va a ser muy difícil de aplicar porque allá no se pagaba electricidad, luz, gasolina, ni comunicaciones y ahora le van a poner precio a esos bienes públicos. El déficit fiscal se va a solucionar afectando a la mayoría de la población. Es volver a entregarle la autonomía de emisión de la moneda a los bancos centrales. Para generar un desarrollo productivo se deben privatizar las empresas que se volvieron públicas, debe haber una política industrial y productiva para recuperar esos sectores y los sectores públicos como los de la electricidad, el agua y como el de la petroquímica. No se puede desconocer que un 30% de la población sigue siendo profundamente gobiernista, chavista, y está acostumbrada a los subsidios  y por lo tanto deben ser incorporados a un proceso democrático. Con la transición, y una vez a Venezuela le presten lo que necesita para recuperarse, no cabrá la menor duda de que en el mediano plazo lo podrá pagar, pues es uno de los países más ricos del mundo, y el país más rico, en Latinoamérica, en recursos naturales.

 

Por: Mariana Delgado Barón