Escudo de la República de Colombia

“Esta lucha no la podemos dar solas”

24 de marzo

Por: Mariana Delgado Barón

El panorama sobre violencia de género en el país y en América Latina es alarmante. A los miles de casos que se registran al año se suma la impunidad. Más del 80% de los crímenes de violencia de género quedan impunes. Si bien se ha logrado avanzar en determinados temas de equidad de género en el país, el camino por recorrer aún es largo. Conversamos con Diana Duque Muñoz, directora de Estudios de Género en América Latina, sobre este panorama.

 

¿Cuál es la situación de la violencia de género en Colombia? ¿Qué nos muestra esa realidad?

 

La violencia de género en Colombia sigue siendo un reto tanto para la sociedad como para el Estado. Pero eso no es solo en Colombia, en enero de este año salió un artículo publicado en El Tiempo sobre las cifras de esta violencia en el país. Lo curioso es que estas cifras no son diferentes a las de otros países de América latina y de Europa. Hay un 86% de impunidad en los casos de violencia intrafamiliar, un porcentaje similar en los casos de violencia sexual, y estas cifras se replican en otros países. Hay un trabajo que se ha hecho para educar sobre el tema de equidad de género y sobre cuáles son las violencias basadas en género. Tenemos una legislación buena, por ejemplo la ley 1257 fue un acierto que se dio gracias al movimiento de mujeres en el país. Se ha hecho un trabajo para incluir las agendas políticas de las mujeres en el país, pero aún existe una barrera grande en el Estado, en cómo se hacen efectivos los derechos por los que tanto hemos trabajado las mujeres en Colombia.

 

En relación con la violencia de género hacia las mujeres, vemos unos casos de sevicia que son alarmantes ¿Cuál es la explicación detrás de eso?

 

Hay un proceso de resistencia fuerte frente a todo el trabajo por la equidad de género, esto es un proceso contracultura y este tipo de procesos mueven muchas cosas porque desacomodan unos beneficios y prioridades que tienen algunos, en este caso los hombres. Estos privilegios han sido históricos y les han dado comodidad. Muchos hombres reaccionan de forma reflexiva, con ganas de aportar, pero también hay muchos que reaccionan de forma violenta, entonces vemos un crecimiento de la misoginia, basada en una resistencia a esas transformaciones culturales que están generando las mujeres. 

Además, por todo el trabajo que se viene haciendo de sensibilizar y de apoyar, en las denuncias suceden dos cosas: muchas mujeres se animan a hacerlo, a esto se suma que por ser un tema que genera polémica, la opinión pública le presta más atención. Por otro lado, hay una resistencia a un movimiento que es contracultura, hay una rabia que se manifiesta de varias formas, por ejemplo en la página que manejamos, todos los días tengo acosadores por el trabajo que hago. 

Después de lo que sucedió el 8 de marzo, comenzaron a circular memes en contra del Movimiento Feminista en varios países, y no solamente hay hombres mayores detrás de este tipo de ataques, hay muchos jóvenes, universitarios, y también hay mujeres. Es algo generalizado que queda en la impunidad. Medicina Legal señala que en lo que va de 2020 hay 15.200 casos de mujeres que están en alerta máxima por ser posibles víctimas de feminicidios. El Estado asume una posición que no es la que necesitamos, se han hecho esfuerzos que no se deben desconocer, pero hay mucho desinterés y mucha resistencia en diferentes niveles institucionales.

 

Ya que mencionaste el alto índice de impunidad en estos casos ¿En qué casos avanza la justicia?

 

Todo lo que se ha logrado en equidad de género, no solamente en este país, sino en otros, ha sido gracias al movimiento de mujeres, gracias a que el Movimiento Feminista ha estado presionando y ha puesto abogadas que hacen seguimiento a los casos. Gracias al Movimiento Feminista hay casos que no han quedado en la impunidad, pero la cantidad de casos también rebasa la capacidad institucional. 15.200 casos de mujeres en alerta máxima en 2020 es demasiado.

 

El 8 de marzo se conmemoró el día Internacional de la Mujer. En América Latina miles de mujeres salieron a las calles, solas, acompañadas; vimos mujeres jóvenes y mayores ¿Qué estamos viendo con estas movilizaciones? ¿qué mensaje enviaron las mujeres a la sociedad?

 

Hay algunas generalizaciones que se pueden hacer para el caso de América Latina y de España. Hay una reivindicación muy fuerte del derecho a decidir sobre si se quiere o no ser madres, al derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, al derecho al aborto, para que este que sea legal, gratuito y seguro, al derecho a la autonomía. Me sorprende que las reivindicaciones del movimiento en los años 60, siguen siendo las reivindicaciones actuales: la autonomía, el derecho a decidir sobre el propio cuerpo, la no violencia y el fin de los feminicidios, el derecho a ser escuchadas y a participar políticamente. En este momento las reivindicaciones más fuertes son el derecho al aborto, el derecho a la autonomía y el derecho a la no violencia.

 

Hace algunas pocas semanas pudo haber sido un día histórico para Colombia porque la Corte Constitucional tuvo en sus manos la decisión de despenalizar el aborto en las primeras 16 semanas, pero no lo hizo ¿Qué mensaje le envió la Corte a las mujeres?

 

Ese es un mensaje que no solo envía la Corte, sino el país entero. Hay una reticencia grande con todo el tema de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos. Tomemos el ejemplo de lo que sucedió con Gina Parody cuando era Ministra de Educación y comenzó a promover el tema de educación en género y equidad y lo que vino después con la satanización que se le hizo. Es un miedo que hay y que también corresponde al tipo de gobierno que tenemos, a la línea política que se maneja. Pero también hay mucho trabajo por hacer en la sociedad. Hemos logrado muchas cosas y avanzado en otras, pero el trabajo es aún grande. Ninguno de esos derechos va a ser regalado, hay que trabajar por ellos. Hay que seguir luchando, hay que seguir marchando, hay que seguir denunciando, eso es algo de todos los días.

 

Por twitter surgió una dinámica promovida por una periodista de Manizales, Ana María Mesa, con el hashtag #ComoHombres, en donde ciertas frases que recurrentemente, y en todos los ámbitos, nos dicen a las mujeres, fueron cambiadas de género ¿Crees que estos ejercicios que nos ponen a reflexionar, que nos ponen a pensar en el lenguaje cotidiano que usamos hacia las mujeres, pueden tener algún impacto en los hombres?

 

Claro que sí. Hay un movimiento alrededor del mundo que deja claro que esta lucha no la podemos dar solas. Si bien no tenemos la responsabilidad de educarlos, es necesario que miremos cómo equilibramos las balanzas en asuntos de formación, necesitamos hacer un trabajo conjunto. Este tipo de ejercicios nos invitan a hacer una reflexión para que comencemos a darnos cuenta de varias cosas. La mentalidad machista está en todos los niveles de la sociedad. Hay que celebrar y apoyar este tipo de campañas. Además, el movimiento que se hace por redes sociales es muy importante. Cada una tiene un papel para que las cosas cambien, para que el cambio educativo se dé, para que este movimiento contracultura sea una realidad.

 

¿Qué tan lejos estamos para una real o efectiva equidad de género?

 

Según lo que menciona ONU mujeres en conferencias, a este paso y como vamos, más o menos en 80 años podríamos estar logrando una equidad de género. Pero este tema debe ser un reto conjunto, debe ser responsabilidad de todos. Todavía nos falta bastante.