Escudo de la República de Colombia

Sobre la política exterior de Venezuela.

19 de febrero

El pasado 19 de febrero, el IEPRI y la Maestría en Estudios Políticos organizaron el Conversatorio de Actualidad Internacional sobre la política exterior de Venezuela. Entrevistamos a Carmen Scocozza, doctora en teoría e historia de las instituciones por la Universidad de Salerno y profesora de Historia de Europa e Historia y Geopolítica de Europa Oriental de la Maestría en Ciencia Política de la Universidad Católica de Colombia, para que nos comentara acerca de la relación entre Rusia y Venezuela a propósito de los acontecimientos más recientes en el vecino país.

 

IEPRI: ¿Cómo se inserta Rusia en América latina? ¿Cuál ha sido la política exterior rusa en Latinoamérica?

 

C.S: con la caída de la Unión Soviética y debido a la problemática transición, Rusia había dejado de interesarse en América Latina. Esta situación cambió con la llegada de Vladimir Putin al poder. Cuando él llega a la presidencia de Rusia en el año 2000, se empieza a redefinir la política exterior de Rusia como una política multivectorial que pone de manifiesto las ambiciones globales de este país. Por ende, América Latina ha comenzado a retomar su legítimo lugar entre los intereses de Rusia. Además, hay intereses económicos por la importancia que tienen los dos actores, pero también hay implicaciones geopolíticas muy importantes para Rusia, pues este país utiliza mucho a A.L. para afirmar la reciprocidad de las relaciones internacionales, es decir, mientras la Unión Europea arrincona a Rusia con la ampliación de la OTAN, Rusia ha buscado tener un activo papel en el “patio trasero” de los Estados Unidos. Rusia utiliza todavía algunas dinámicas de la Guerra Fría, como acuerdos comerciales, venta de armas, pactos bilaterales con países de AL para negociar y presionar a EE.UU. La diferencia con el pasado, es que en este caso no hay una implicación ideológica, a Rusia no le interesa exportar su visión política ni su ideología, sólo la defensa de la soberanía estatal de cada país y esto se conecta con el problema de Venezuela.

 

IEPRI: ¿cuáles han sido los elementos que han caracterizado la política bilateral entre Rusia y Venezuela?

 

C.S: Venezuela hace parte de un grupo de países de A.L. con los cuales Rusia tiene unas similitudes y una cercanía considerable. Estos países se caracterizan por ser democracias “especiales” que tienen su punto de contacto con la democracia soberana rusa.  Son regímenes con tendencia autoritaria, que reivindican su autonomía y una nueva visión de las relaciones internacionales con la afirmación de un nuevo centro de poder. Putin comenzó a usar en un primer momento el antiamericanismo de Hugo Chávez para luego seguir con el de Nicolás Maduro. Hay intereses económicos por parte de Rusia, que desde 1999 ha invertido en Venezuela cerca de 17.000 millones de dólares. Venezuela le debe a Rusia más de 3.000 millones de dólares que en diciembre de 2017 fueron refinanciados. Para Rusia, la importancia de Venezuela radica en que se ubica en el patio trasero de EE.UU. La posición de Rusia de defender la soberanía y la integridad territorial de un país lejano, no euroasiático, ha sido una constante que ha tenido su política exterior en los últimos años, si pensamos en Siria, Irak, Libia, Rusia ha estado en contra de cualquier injerencia, sobretodo si el día de mañana en nombre de la defensa de los derechos humanos se puede intervenir a este país.

 

IEPRI: ¿Ha cambiado en algo la política exterior de Rusia con la llegada de Nicolás Maduro al poder?

 

C.S: Esta relación ha sido constante, Rusia ha seguido invirtiendo a nivel económico, sigue vendiendo armas. Frente a esto último, vale la pena señalar que la venta de armas representa el 67% de las importaciones totales que hace Venezuela. PDVSA le debe cerca de 2.000 millones de dólares a Rosneft, la empresa estatal de petróleo de Rusia, esto permite entender por qué Rusia está en contra de las sanciones de los EE.UU. a PDVSA. Los elementos geopolíticos y económicos están estrechamente conectados. Pero la cercanía entre estos dos países va más allá de la simpatía con respecto a un personaje o a otro. La defensa de Venezuela hace parte de los principios que defiende Rusia y eso señala una línea divisoria entre la visión occidental de las relaciones internacionales y la de los rusos. Desde 2005, con el derecho de proteger que se estableció en la cumbre de la ONU, se empezó a establecer el derecho a intervenir en Estados por problemas humanitarios, en defensa de los DD.HH y en ese momento Rusia y China votaron en contra de ese principio. La no intervención, la defensa de la soberanía, de la integridad territorial es un pilar de la política exterior rusa, que a su vez es una visión westfaliana de las relaciones internacionales.

 

IEPRI: ¿Qué otros intereses políticos, económicos o militares hay detrás de la relación entre Rusia y Venezuela?

 

C.S: Cuando se enviaron los primeros barcos militares rusos, en 2008, al Caribe para realizar ejercicios militares, se podría asociar esta acción como una respuesta al envío de los barcos militares de EE.UU. al Mar Negro. Seguramente hay intereses económicos, sobretodo con las sanciones económicas que se hicieron en 2014 contra Rusia, y la necesidad de encontrar nuevos mercados, pero a pesar de esto, el elemento económico no es el principal en esta relación. El 5 de febrero de este año, el presidente interino Juan Guaidó, declaró que iba a respetar las deudas que Venezuela tiene con Rusia. Rusia está buscando aliados en A.L. para crear centros de poder alternativos en contra del unilateralismo norteamericano. Sin embargo, no creo que Rusia esté dispuesta a una participación militar directa en Venezuela para defender a Maduro. Una cosa es apoyar indirectamente con asesores militares, con mercenarios, con armamento, y otra cosa es una participación directa en una región geográfica lejana. La idea de que Rusia quiere intervenir en cualquier país es errónea, Rusia sí quiere defender sus intereses y sí hay casos en los que estos son tan importantes y por lo tanto estaría dispuesta a ir a la guerra, como Georgia o Ucrania, pero definitivamente no en Venezuela.

 

IEPRI: Frente a la crisis humanitaria, que viene siendo también el reflejo de una crisis social y política ¿Qué se esperaría por parte de Rusia? ¿Se mantendrá al margen?

 

C.S: Hablar de DD.HH y de Rusia es difícil. Para Rusia no hay ninguna razón para legitimar una intervención, seguramente va a apoyar la idea de que esta crisis humanitaria es una consecuencia más de la interferencia o injerencia de otros países. Rusia no intervendrá de forma directa en Venezuela para proteger a su pueblo, quizá apoye económicamente al gobierno para ayudarlo.

 

IEPRI: ¿Qué está detrás del apoyo de Putin a Maduro una vez Juan Guaidó se declaró presidente interino de Venezuela?

 

C.S: Rusia no reconocerá a Guaidó como presidente. Sin embargo, Rusia tiene una política exterior muy pragmática, no está cobijada bajo una ideología o bajo una idea de exportar un ideal, es una política exterior pragmático- nacionalista. Rusia va a defender a Maduro hasta lo último, hasta donde pueda.  Pero sobretodo va a defender sus intereses económicos. Si Guaidó queda en el poder y si respeta los compromisos económicos adquiridos con Rusia puede ser que Putin considere dialogar con él. Pero en este escenario de transición, indudablemente Rusia sigue quedándose al lado de Maduro porque éste comparte su misma visión de las relaciones internacionales en la que se defiende la soberanía e independencia de los países.